jueves, 19 de diciembre de 2013

Autoevaluación.

La historia de mi paso por DAI 1 está marcada por la búsqueda de unificación. Por un lado estaba el conocimiento técnico gráfico, lo que sería el dibujo académico, del que traía algo sabido de antes y sobre el que he reflexionado mucho; por otro lado la parte creativa, artística, siempre estaba presente, de hecho fue lo primero que intenté desarrollar a principio de curso, en un momento de liberación personal. Aunque en los dos aspectos por separado tuve mis más y mis menos, lo que me ha dado verdaderos quebraderos de cabeza (y me los seguirá dando) es el intento de unirlos de tal forma que no me limite a la corrección gráfica o a la expresión artística, sino que pueda equilibrarlos en una sola pieza.
Y el viaje ha sido largo y raro:




En los primeros dibujos, en busca de una expresión subjetiva de la realidad, se ve en seguida una tendencia al caos, aunque aparecen texturas, formas, colores, combinaciones, técnicas interesantes, carece totalmente de orden, de idea previa, de preparación. Son la expresión de lo espontáneo y creativo en estado puro, y de aquí tomaré esa primera idea con la que empezar a trabajar.





Con los trabajos de las instalaciones empiezo a buscar más atentamente las relaciones entre objetos, cuerpos, planos, formas, luces, sombras y presencias en el espacio. Aún así sigo experimentando mucho con las técnicas, que tras haberme pasado años a papel y lapiz despiertan interés en mí.



 De repente una vocecilla en mi cabeza dijo: "Oye, si he ido a una academia, ¡tengo que saber cosas!". Así que abandoné los brochazos y volví a empuñar el lapiz de encajar y las gamas de grises, con un resultado algo decepcionante, aunque realmente interesante: carecía de la expresividad de los anteriores trabajos, pero poseía una fidelidad a la realidad mucho mayor, aquellas presencias del espacio se relacionaban de forma más armónica y correcta. Aquí es donde encuentro el otro extremo del que tirar, el 'academicismo' (entre comillas para evitar que los académicos del dibujo pierdan su preciada cabellera a base de indignados tirones).



La búsqueda consciente empieza con los papeles de croquis, donde usando una misma imagen analítica inicial podía hacer dos dibujos iguales con planteamientos distintos. Teniendo los dos extremos conceptuales sobre una misma base, es cuestión de encontrar puntos de amarre entre ellos, como unirlos para equilibrarlos sin anularlos.




 A partir de los trabajos de Cuenca empiezo a investigar la relación, empezando con dibujos analíticos y dando rienda suelta a la creatividad en cierto momento.



 También reuniré una serie de estudios de campo puramente analíticos...


 ...y otros puramente experimentales.





 Con los referentes entonces usé siempre bocetos previos y estructuras sacadas de imágenes originales, con el fin de aportar la parte analítica a un trabajo posteriormente más abstracto, analizar la esencia formal de la imagen.




Y si de una imagen real se podía crear una nueva a partir de sus estructuras, ¿por qué no igual con una obra ya abstraida? Así surgen las derivaciones de derivaciones, como esta aquí arriba sacada de la planta de fugas de una investigación sobre Ferris.





Es en ese momento cuando creo dar con la clave: si se obtienen las estructuras, ya sea manteniéndolas intactas o manipulándolas a nuestro antojo, y se anclan al aparente caos de lo espontáneo se puede llegar a obtener el equilibrio entre el análisis de lo real y la pura creación. Es cuestión de encontrar los puntos de anclaje entre un proceso y otro, como un puzzle sin imagen de referencia. En este caso, por ejemplo, construí las estructuras (obtenidas de una foto de Cuenca) sobre una investigación de texturas, encajándo una con otra como mejor respondían, hasta que surgió un dibujo que combinaba ambas expresiones sin que chocaran entre sí.






En la última serie de dibujos apliqué este método, aunque empezando por la parte analítica para poderrematar siempre de forma más subjetiva. Siempre a partir de estructuras de Cuenca van surgiendo paisajes nuevos, con distintas intensidades y técnicas. Esta serie representa el estado actual de mi formación gráfica.


Así como la serie sería el presente, tenía en mi poder un cuadernillo de investigación que representaba el futuro, con una apetitosa cantidad de hojas en blanco cargadas de curiosidad, aunque no podré poner fotos aquí ya que está desaparecido en combate, y dudo que se vuelva a saber de él; tendré que empezar uno de cero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario