domingo, 25 de mayo de 2014

Un bosque en la palma de la mano.

 Para llevar esto a un proceso real, había que descontextualizar el bosque, y convertirlo en lo que será desde el punto de vista del pabellón: puntos clave, que se alzan en altura como meros postes indicadores, cosidos entre sí por la oruga metálica, como única fuerza que la separa del suelo.





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